HORIZONTE Y
NOCHE
Muere en el horizonte
el día ahí entre los murmullos
y es que las
aves vuelven en busca del nido…
y el aire
adormecido sopla en medio de la fría sombra
luego descobija
el seno de la luna que se asoma.
Concédele fría
noche al que a tu sombra se cobija
caminar bajo
el arrullo de tu negro manto,
y arde noche
el fuego de tus sentires dentro de su ser
mientras sus
pensamientos vuelan intempestivos.
Si el día
muere en el horizonte, la noche renace
en el mismo
instante, trayendo entre sus manos
pensamientos
de viejos amores, encuentros y desencuentros
y bajo el
cielo desolado musitan los murmullos.
En tus sombras
frías de tu intempestivo caminar
noche trémula
se van escribiendo las páginas
de un libro,
pues en ti se aprende a ser ausencia
y se aprende
a ir agonizando a cada segundo.
Concédele fría
noche al peregrino que en ti avanza,
no solo ser
cenizas de recuerdos si no, huella perenne
para quienes
galopan tras de él, y en tus sombras cobija
su esperanza
corroída aunque al morir tú muera junto a ti.
Mientras en cálido
abrazo del silencio los miedos lo estremezcan
porque las fugitivas
ganas de reír se volvieron desaliento
bajo un
cielo sin estrellas y el cobijo de tu negro manto,
se desperdicia
el tiempo y sus momentos en tristes desencuentros.
Y de pronto
morimos así como muere el día en el horizonte
y buscamos
un respiro en ti noche, cuando volver atrás es imposible
vemos al
tiempo convertido solo en una noche porque el inútil
abrir nuevas
sendas, pues es tarde ya, hoy será el último respiro.
26/08/18
Autor.
GELASIO
GASPAR
@derechos de
autor
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