LA DIOSA
SELENE Y EL POETA
Caía la
tarde, las sombras anunciaban su llegada
El ventanal
permanecía abierto, las cortinas
Se movían de
un lado al otro, el sol poco a poco
Se despedía
con un rojo cobrizo, pintando los paisajes.
Un profundo
suspiro desgarro su pecho…
Entre sus
manos se miró una pluma, mientras su
mirada
Atravesaba
el océano que parecía entender su pena
Una hoja en
blanco sobre aquella pequeña mesa lo esperaba.
Oh
desilusión que atrapas al incauto, pensaba él,
Que te
engulles por los rincones más ocultos de mí ser
Esta tarde
escribiré sin discrecionalidad, sin miedo,
Dejare fluir todos mis sentimientos sin reparo.
El
poeta plasma su poesía ahí, donde nadie lo ve
Donde nadie
lo acompaña solo su musa y la diosa que se acerca
Es Selene la
diosa de la noche que con las sombras
También ella
apresura sus pasos, sutil discreta y callada.
Es ella
eterna compañera de aquel que en las letras
Plasma sus
sentimientos, cuando sus ojos se convierten
En torrentes
de llanto, en mares de lágrimas amargas
Cuando el
eco de su voz se apaga ella lo cobija
con sus
Rayos de
plata, y entre líneas los dos lloran en
complicidad.
Sufre el
poeta cuando escribe, pero sufre más si no lo hace
Porque
cuando deja de escribir el poeta muere…
Y entonces
es como mirar pasar el tiempo sin sentir
Sin pensar
sin saber hacia dónde dirigir sus pasos cansados
05/11/14
Autor.
GELASIO GASPAR. Derechos reservados
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