UNA NOCHE
CUALQUIERA
Y ahí estaba,
era una noche cualquiera
como muchas
otras, solo con los brazos
abiertos y
su mirada perdida…
era él ese
que un día sonreía.
Su mente divagaba
en insólitos
gestos de
desagravio
mirando el
desierto que a sus
pies, inmenso
se extendía.
En alaridos
se estremecía su cuerpo
mientras sus
lágrimas rodaban
múltiples añoranzas
lo embargaron
y cerró los
ojos casi sin querer.
Y ahí estaba
en una noche cualquiera
recogiendo los
destrozos de una vida astillada
donde pareciera
que todo fue ficticio
porque mirar
hacía atrás era ver solo polvo.
11/01/19
Autor.
GELASIO
GASPAR
@derechos de
autor
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